Quiero ser canción del viento
llegando manso a tu orilla,
dibujar una sonrisa en tus labios
y olvidar un beso en tus mejillas.
Quiero ser el aroma dulce
en las tibias tardes de noviembre,
de todos los tilos en flor
a la hora del poniente.
Quiero ser el ritmo de las aves
en su danza milenaria,
y el sereno aliento de sus ojos
cuando nace la mañana.
Quiero ser, por una vez,
cada milagro del tiempo,
dejar atrás esta piel
y fundirme en el silencio.